Letras del Mundo Gotico



NECRONOMICON, El Libro de los Nombres Muertos


El Necronomicon es una fascinante obra escrita por el arave Abdul Al-Hazred. En el cual revela los secretos para contactar a los seres sobrenaturales que habitaron nuestro mundo en el pasado. Existe una discusion sobre la exitencia de dicho libro, ya que, por el momento no se conose el paradero del texto original ni de sus copias.
Referencias y aportaciones de H. P. Lovecraft
Por su parte, Howard Philips Lovecraft, realizó a lo largo de distintas novelas referencias a un libro que según relataba contenía fórmulas mágicas para la invocación de demonios, además de dejar entrever un conocimiento particular de la relación espacio-tiempo. Muchos lectores trataron entonces tratar de localizar una copia impresa de aquel misterioso libro, pero sus resultados fueron infructuosos. Lovecraft sin embargo ofrecía poco a poco más detalles sobre aquella obra.
Aquel libro fue escrito por el poeta Abdul Al-Hazred durante el siglo VIII. A mediados del siglo X, la obra fue traducida al griego por Theodorus Philetas con el título de Necronomicón, trabajo que realizó en el más absoluto de los secretos, pero que no evitó que el patriarca Miguel tratase de destruir todas las copias sin conseguirlo. En 1228, Olaus Wormius tradujo la obra al latín. A pesar de la persecución, según Lovecraft se realizaron distintas impresiones en España y Alemania durante el siglo XVII. Sin embargo, El Libro de los Nombres Muertos, Necronomicón o Al Azif, uno de los libros más temidos, perseguidos y buscados durante toda la Historia, presumiblemente no existe. Pero sobrevive y distintos están dedicados a aquel libro que sacado de la mente de un autor creó una auténtica leyenda que abocaba a distintos investigadores a suplicar el acceso a aquel texto en las universidades en las que se supone se custodiaba. En cualquier caso, la leyenda en torno a este libro no nos debe de sorprender, ya que no se trata de un hecho aislado. Muchos son los libros que citados por distintos autores que no existen ni existieron (Como “Los Protocolos de los Sabios de Sión”), aunque tampoco hay que ir a la rama ocultista para encontrar enigmas de este tipo como es el caso del Segundo Libro de Poética de Aristóteles de “El nombre de la rosa”.

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